22.Embutiendo la Información: Cuando uno no tiene ya nada más de qué depender
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Una persona tiene muchos canales de percepción – una enorme oleada de información viene fundamentalmente del exterior a través de los órganos sensoriales. Tratamos de nombrar todo en lo que nos fijamos – damos a cada suceso un nombre y recopilamos definiciones. Memorizando y dándoles voz a estas palabras, es como si hiciéramos estos sucesos parte de nosotros mismos, parte de nuestra conciencia. Todo lo que es pronunciado y nombrado se guarda en nuestra memoria en forma de imágenes familiares. Específicamente con la ayuda de estas imágenes podemos pensar. Podemos razonar y especular usando nuestra imaginación. Y entonces aparece el deseo de influenciar el orden de los eventos – una urgencia de crear.
El aprendizaje de algo nuevo conlleva un gradual incremento en conocimiento y experiencia. Todos sabemos esto, pero solamente el pedagogo excepcional realmente lo entiende. La principal palabra aquí es “gradual”. El principio de gradualidad está en la base de cualquier educación. Literalmente significa que cada paso o habilidad debe ser adquirida completamente, ejercitada hasta la condición de libre aplicación. Y si esto no ha sucedido todavía; continuar, ir por algo nuevo es antinatural e inaceptable. La progresión significa que cada alumno, únicamente, de acuerdo a sus propias peculiaridades, defina la velocidad a la cual aprenderá algo nuevo. El problema en la educación surge sólo cuando el profesor comienza a pedir aquello que no es posible, aún no desarrollado e incompleto.
Nueva información es aceptada solamente cuando estamos listos para ella. Algo nuevo que aprender debe ser un desarrollo lógico del conocimiento ya adquirido. Un nuevo ejercicio es una consecuencia directa de habilidades que ha se han trabajado. Aquello que ya ha sido adaptado es el único soporte para algo nuevo. Cualquier cosa que no ha sido adaptada es rechazada por nuestra percepción; para nosotros, lo que es ajeno es simplemente peso muerto.
Cuando se asimila algo nuevo, se añade otro escalón a la escalera que se está construyendo, elevándola un peldaño hacia arriba. Antes de afianzar el nuevo escalón no se puede poner peso sobre él. Claro que es posible forzar a una persona a pararse en este escalón – pero ella simplemente se deslizará y caerá.
Nuestras tradicionales clases de músicas están llenas de tropiezos y caídas! Mantener las manos de cierta manera, sentarse derechos, dirigir la mirada a la partitura, tocar sin errores y dinámicamente; el profesor pide que el alumno haga todo esto al mismo tiempo sin darle la oportunidad de desarrollar al menos una de estas habilidades! Si solamente le brindara la oportunidad con alguna de estas por un lapso de tiempo hasta dominarla.
Un buen ejemplo de aprendizaje gradual es el uso de cubos alfabéticos cuando se enseñan las letras. Aquí esta el cubo con la figura de una manzana. El símbolo junto a la manzana es una clase de letra. El niño ya sabe cómo es una manzana y sabe decir la palabra “manzana”, también sabe que la letra “M” existe en el alfabeto. Esto lo ha escuchado y entendido desde hace un tiempo y este es su soporte, su “escalón” en la escalera. Ahora lo que falta es dar el otro paso hacia el siguiente escalón y saber cuál es el nombre del cubo. La figura de la manzana es un indicio. El nombre de la letra es la respuesta a la pregunta a la cual el niño puede responder. Esto es por lo cual la respuesta es percibida y se convierte en parte de su experiencia.
De todos modos, el tiempo para los cubos se termina pronto; cuando el niño va a la escuela, entra rápidamente en el mundo de los “programas de educación”. Qué gradualidad hay aquí! Después de la educación primaria, una catarata de información cae sobre el niño. No hay tiempo para dominar estas habilidades, pero nadie pide esto de él. Todo lo que se necesita en los grados es repetir lo que se ha leído. Y en cuestión de escuelas de música, todo lo que se necesita es tocar. Es cuando el hábito de embutir el conocimiento aparece.
Si el punto de fuga para nueva información no está listo, no hay posibilidad para una memorización consciente. Entonces la memoria comienza a trabajar mecánicamente, usando el camino de completar lo desconocido al nivel de memoria muscular. Los escalones que dan soporte a la experiencia han desaparecido! Esta información desconocida simplemente está colgando en el aire. Solamente hay una escapatoria: memorización completa sin entenderla. Esto es embutirse la información, regulada por una agresiva e involuntaria memorización de nueva información.
Durante las clases de piano, embutirse el conocimiento es una práctica común. Para liberarse del tormento de leer notas del papel, los alumnos memorizan canciones de oído y con sus dedos, usando la memoria muscular. He leído muchas veces que muy respetados educadores recomiendan que los alumnos aprendan nueva música no leyéndola sino ¡embutiéndosela parte por parte, de memoria! ¿De dónde vienen estos métodos? Solamente de nuestra inhabilidad de enseñar a los niños a leer fluidamente notas ¿Qué les ofrecen a los alumnos? una suspensión en el aire caricaturizada. Sin procesar, piezas que son ejecutadas se borran de la memoria sin posibilidad de retomarlas. Habiendo tocado una pieza en un concierto académico y aún recibiendo altas calificaciones, una persona la olvida y no está en condiciones de recuperarla. Sin un punto de fuga visual y sin escuchar internamente la notación musical, la pieza ejecutada es desechada. La memoria muscular y auditiva no son capaces de obtener toda la información musical y se pierde rápidamente.
La percepción es libre por naturaleza. No le gusta ser forzada o atada con lo que le es incomprensible y sin duda luchará en su contra. Información embutida, sin encontrar aplicación, es expulsada de la memoria. Debido a esto, la efectividad del embutido es inversamente proporcional a la intensidad de trabajo efectuado.