32.¿De dónde proviene la Sordera Tonal?
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El Profesor A.N. Leontyev, un psicólogo reconocido, durante varios años hizo estudios específicos sobre la percepción de pronunciación y sonidos musicales. Uno de sus descubrimientos lanzó luz sobre el problema de “falta de talento musical”; la inhabilidad de separar sonidos por su tono. Resulta que percibimos la pronunciación a través de su ornamentación de vocales (vocal). Cuando se canta la vocal “U” [“oo”] e “I” [“ee”], “U” suena más bajo que “I”. Lo primero que un niño aprende es a hablar, esto significa que lo primero a desarrollar es nuestro “oído para pronunciar”. Dependerá de nuestro entorno que se convierta también en oído musical.
Es posible que una falta de oído no sea un atributo presente en el nacimiento sino más bien adquirido. Primero desarrollé esta idea cuando leí el libro de Masaru Ibuka “A los tres años ya es tarde”. Él insiste que el oído deficiente no es incluido genéticamente, sino que se pasa de padres a hijos. “El niño al cuidado de su madre que no tiene oído musical, también crecerá así” escribe el fundador de Sony. ¨Asumamos que la madre no tiene oído, y que todos los días, el niño escucha sus canciones de cuna, cantadas con una melodía distorsionada. El niño recuerda esta melodía como un ejemplo y también la cantará incorrectamente. Y cuando la madre escucha esto, dirá que su hijo tampoco tiene oído musical y que después de todo, tener oído es un don divino. Si Mozart y Beethoven hubieran crecido con una madre de este tipo, entonces se hubiera garantizado que tendrían mal oído.”
La opinión de Ibuka me parece mas bien categórica; conozco mucha gente que está dotada con buen oído desde su tierna infancia y no se ve afectada por un entorno “no musical”. Pero escuchar puede desarrollarse aún entre los más sordos tonales y éste es un hecho. Todo lo que se necesita es crear las condiciones bajo las cuales la percepción de la música pueda ser mejorada, sin mencionar que el oído y la voz pueden desarrollarse con la ayuda de muy simples ejercicios. Facilita la noción de que la persona está simplemente restaurando una habilidad que se le dio por naturaleza. Mientras no se requiere, está dormida. Únicamente se necesita invocarla y fácilmente despierta.
Cuando era estudiante supe de famosos profesores de música y coro que podían convertir a los alumnos sordos tonales en vocalistas. Uno de estos magos era el profesor moscovita de coro Dimitri Ogorodnov.
Cierta vez, realizó un experimento interesante en el Pensionado No. 42. Un testigo presencial S. Kozirev escribe en su artículo acerca del evento: “No hace mucho tiempo sus alumnos eran sordos tonales, completamente fuera de tono y ni pensar en [la posibilidad de] cantar en un coro o en escena. Ogorodnov estaba contento con esta circunstancia; para la ‘pureza del experimento” no estaba mal. Esto haría más pronunciado el resultado ¡Ahora, tienen un coro en al pensionado”!
Es significativo que trabajando con los alumnos Ogorodnov, dependía, sobre todo en el trabajo con las vocales. Kozirev escribe: “Estas transformaciones son sorprendentes pero los métodos [de Ogorodnov] son aún más sorprendentes. Para enseñar las cuerdas vocales a trabajar correctamente, los niños primero cantan el sonido ‘Oo’ conducido por un singular esquema dibujado en papel. Esto no es estudio, sino un juego con sonidos. Él llama a estos intrincados monogramas con flores, ‘algoritmos del arreglo de la voz’. El programa de las lecciones está construido en dos o tres notas familiares a los niños, sobre la cual se construye la pronunciación. En ellos, como en una semilla, se incluyen todas las posibilidades de la voz.
“La metodología de este trabajo es un amplio tema aparte, pero es un hecho que después de estas actividades, la voz repentinamente se desarrolla y se ajusta y el oído musical aparece aun en los alumnos menos dotados. Aquí están las instrucciones para este algoritmo: “la voz no es simple sonido, sino una expresión del alma. Debe expresarse libremente, no compulsivamente… No ‘estudies’ la canción; dale tu voz. Ogorodnov tenía alumnos que ni siquiera eran admitidos en escuelas de música.
Ahora, varios de ellos estudian en un conservatorio y en colegios de arte.