34.VISIÓN MUSICAL ¿Necesitamos “Etudes” para nuestros ojos?
a los contenidos página siguiente
Se piensa que para que una persona se siente y toque música de una partitura, solamente necesita un conocimiento elemental de la teoría y un entendimiento de la posición de las notas en el pentagrama, así como una coordinación relativamente desarrollada. Sin embargo, juzgando el actual éxito en las clases de música, es obvio que esto no es ni cercanamente adecuado.
Por supuesto, la parte más importante del trabajo realizado en lectura musical lo lleva a cabo la visión. Pero debido a una especie de mal entendido, las clases tradicionales muy rara vez utilizan ejercicios visuales que desarrollen la percepción de la partitura. Como resultado, la habilidad para capturar la página entera en un solo vistazo, momentáneamente separa lo importante de lo suplementario, y leer al vuelo se considera un arte que raya en lo imposible. Solamente los músicos más talentosos son a los que se cree que tienen las habilidades necesarias para obtener el “santo grial” de la maestría musical.
En realidad los “secretos” de leer al vuelo como rayo no son nada difíciles para transmitirlos a los niños en la edad temprana. De hecho, solamente hay una cosa que previene el éxito de esto: los obstinados hábitos y los prejuicios. Todo lo que el educador necesita hacer, es mirar el pentagrama con los ojos de una persona que no lo haya visto jamás. Yo he tenido la suerte de lograr esto. Admitamos – nuestras “familiares y lógicas” notas carecen completamente de sentido, y son aún más hostiles para el principiante. Cuando puse mi mirada por primera vez en una hoja de música, lo que vi fue un campo minado donde un paso en falso podría desencadenar un desastre.
Más adelante cuando completé mi educación, intente encontrar maneras de adaptar el Gran Pentagrama y hacerlo más comprensible para un principiante. Tenía que pensar en ejercicios apropiados que desarrollaran la habilidad visual y eventualmente inventé tarjetas ilustradas, juegos de computadora y posters capaces de esta tarea. Con su ayuda, los ojos de mis estudiantes se prepararon para separar los diferentes elementos de la notación musical.
A continuación enumero los principales obstáculos o habilidades potencialmente no desarrolladas, que dificultan el leer notas fluidamente.
1. La inhabilidad de distinguir notas que están un paso separado de notas que saltan varios pasos. El alumno no puede decir rápidamente una nota que está en una línea de una nota que está entre líneas.
2. La inhabilidad de determinar rápidamente cuál línea o espacio es cuál. Yo de niña continuamente confundía la 2ª y 3ª líneas y espacios con el 3º y 4to. Esto era una consecuencia del hecho de que hay siete líneas y espacios entre ellas únicamente en la clave de Sol, y la percepción visual se pierde en esta “jungla.”
3. La confusión entre el movimiento de “izquierda-derecha” en el piano (las teclas) y el movimiento “arriba-abajo” de las notas (el Gran Pentagrama). Cuando la melodía va “arriba” en tono, hay que moverse hacia la derecha de las teclas y cuando va “abajo” hay que ir a la izquierda. Mientras que la coordinación de derecha-arriba e izquierda-abajo no se haya formado apropiadamente, leer la partitura competentemente es casi imposible. El niño utiliza una gran parte de concentración solamente para “rotar” las notas.
4. La inhabilidad de leer tanto la clave de Sol y la Clave de Fa al mismo tiempo. Si no se ha adquirido esta destreza, esperar que el alumno toque con ambas manos será lo mismo que trate de comer de un plato vacío.
5. Una falta de coordinación entre las manos mientras el alumno lee dos claves simultáneamente. Si las manos no se han preparado lo suficientemente ellas solamente entorpecen leer. Ahora el plato está lleno, pero no hay cubiertos para utilizar.
6. Un subdesarrollado “ojo musical” que pueda con precisión estimar las distancias entre notas (y sus teclas correspondientes). En otras palabras, la inhabilidad de contar y tocar los brincos en melodías y acordes complejos.
Para ayudar a mis pequeños alumnos a solucionar estas dificultades, utilizo gráficos suplementarios, y más importante, una transformación simplificada y a color del Gran Pentagrama. Al principio, usaba cartas y ejercicios escritos y después, juegos de computadora. Finalmente, con la ayuda de animación interactiva (reactiva y de respuesta) pudimos desarrollar la visión de nuestros alumnos y sin dificultad.
El programa fue publicado y una vez más me enfrenté a la confusión de mis colegas. Mis “apoyos” visuales fueron llamados “otro rebuscado y charlatán intento de colorear las notas y las teclas.”
Entiendo; los colores y graficas se usan continuamente como soportes en clases de música pero ninguno de ellos ha tenido mucho éxito o popularidad. Colorear simplemente las teclas y notas no es suficiente; eso es únicamente un efecto visual. Se necesita comprender el mecanismo de la percepción visual y usar las gráficas como guía y no como una “quinta rueda.”