37.“La Guerra y la Paz” en el Gran Pentagrama
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Un día en Ucrania, un profesor llegó a visitar nuestro preescolar y tomó bastante tiempo para explicar al grupo de los más grandes acerca del escritor altamente respetado León Tolstoy . Después de la clase, uno de los profesores decidió preguntar a los niños qué habían retenido de la exposición. ¡Todos los niños con entusiasmo expresaron ideas acerca de un león gordo y aún de un tigre que es gordo! Esta anécdota nos sirve para explicar cómo “El Gran Pentagrama es comprendido por el principiante, como “La Guerra y la Paz” es entendida por un alumno de preescolar. Debido a esto, bajo ninguna circunstancia los colores y las formas deben ser abolidos completamente de las clases.
El gran pentagrama y sus notas son totalmente desconocidas para la percepción visual del principiante. En cambio, sí está familiarizado con los colores y algunas imágenes desde hace mucho. ¿Qué tienen en común las imágenes con la gramática musical? Tienen un lenguaje en común – el lenguaje de las gráficas. Una imagen colorida puede ser una guía, especialmente para la percepción visual de la partitura.
La principal dificultad en leer música es que conlleva un acercamiento totalmente nuevo para leer información gráfica. Es difícil para un maestro ver el problema; él no entiende que la visión del alumno busca algo ya conocido. El principiante, antes que nada, busca una analogía que le sea familiar, como leer de un libro. Más seguido de lo que se cree, los principiantes miran la partitura y la ven como “un libro para notas” y tratan de leer las notas mientras siguen las mismas reglas gráficas… y caen en la trampa.
Todas las letras del alfabeto son gráficamente diferentes y pueden ser memorizadas separadamente al compararlas entre ellas. Las notas son círculos idénticos, gráficamente muy similares entre ellas, y se memorizan mejor dentro de un sistema.
Justo como con las letras, el principiante busca distinguir características en las notas. Y lo primero que brinca a sus ojos es su variada “ornamentación:” blancas, vacías (notas completas y medias), y negras (octavas, cuartas, dieciseisavas). Por lo tanto, con una ojeada, deja afuera otra diferencia “importante”: algunas notas tienen “cola” y otras no. La percepción deduce que estos pequeños círculos se distinguen por su cola o colores, y que uno debe enfocarse en esto. Inmediatamente, un filtro cae sobre lo que es percibido: colores y “colas”, cuando en realidad estos son solamente símbolos de ritmo. Muchas veces, los niños tocan dos teclas separados en el piano cuando ven dos notas del mismo tono pero con diferente duración (“ornamentación”).
La representación gráfica de la calidad más importante de las notas; su tono, casi no se percibe. Las notas en líneas y entre ellas casi no se distinguen. Después de todo, la pequeña línea a través de la mitad apenas si se ve. Aun un adulto tiene problemas de notar la diferencia algunas veces; ¿qué podemos decir de un niño?
Las gráficas para el ritmo en notación musical aparecen más oscuras y son recordadas más fácilmente que las gráficas para los tonos de las notas. Entonces, a la persona le falta lo más importante: el tono de los sonidos. Por eso la habilidad de distinguir las notas por su tono debe dominarse antes que los ejercicios de ritmo en las clases. Esto es lo que después de todo, necesita el desarrollo de coordinación natural.
Mientras aprendemos a tocar un instrumento o a cantar, una persona pasa por cuatro etapas de desarrollo:
1. Coordinación: El alumno aprende las notas y la correcta secuencia del texto musical. La meta es tocar sin errores. Al igual que cualquier otra percepción de espacio, debemos primero entender en qué direcciones se pueden mover las notas y qué trayecto pueden seguir.
2. Organización Rítmica. El alumno comienza trabajando en el ritmo del texto musical. Idealmente, aprende a tocar la canción sin tropiezos y sin pausas innecesarias. Esto significa que el niño se ha familiarizado con el espacio musical y ha alcanzado un sentido de “equilibrio,” y puede comenzar a trabajar en su movimiento dentro de él. Esto conlleva cambiar velocidades espontáneamente, pese al disgusto de los adultos.
3. Organización métrica. El alumno trabaja en el tempo; el pulso de la música, intentando tocar sin detenerse. Ahora sus movimientos en el espacio musical son más conscientes y organizados y la velocidad de sus pasos es deliberadamente calculada.
4. Ejecución: El alumno trabaja en la dinámica y los matices del trabajo musical. Habiendo dominado las habilidades básicas de movimiento en el espacio, el niño está listo para la creatividad. Él puede aprender gimnasia, baile, judo, etc., con gusto.
Es mi intención centrar su atención en el hecho que estas etapas conforman una pirámide de habilidades. Las más altas se construyen sobre las de abajo. Por supuesto, al paso del tiempo, las habilidades comienzan a crecer juntas, desarrollándose al mismo tiempo. Sin embargo, debe uno tener en mente que mientras la etapa anterior no se ha trabajado lo suficiente, el trabajo demandado para la siguiente etapa es un rompimiento agudo de la progresión. Mientras el alumno no pueda leer las notas por tono, no puede tocar la secuencia de notas completa. Y mientras no pueda hacer esto, no tiene la coordinación apropiada. Pedirle tocar rítmica y dinámicamente en esta etapa significaría llevarlo a un estado de confusión. Hacer esto anula todos sus esfuerzos para familiarizar a una persona con un instrumento.
Ahora, regresemos a nuestro análisis grafico de la partitura. Las gráficas rítmicas gritan y alertan al principiante con sus colores contrastantes y sus banderas. Las gráficas que indican tono, apenas se notan, y son percibidas más como líneas en un libro, organizados en cincos. Debido a esto muchos alumnos nunca aprenden a leer notas correctamente. La posición gráfica de las notas es derribada por las gráficas del ritmo, y leer el tono no puede lograrse, ya que el profesor raramente se da cuenta de esto.
Algo debe hacerse para que el tono de las notas se vuelva más evidente y visible para los ojos. Los colores pueden ser usados para esta tarea. Los pequeños círculos posicionados unos junto a otros, pueden adquirir algún contraste que ayude con un código de color.
La pregunta es ¿cuantos colores se necesitan para distinguir notas por su altura? Es importante comprender qué necesita el color para advertir a la persona al respecto. He visto muchos intentos de notas de color codificadas, todas tratando de demostrar su diferencia por su altura. Como ya he explicado, esto solamente hace tropezar la percepción de la persona. El color nunca debería ser usado para “explicar” sonido. La ‘bicicleta’ ha sido ya inventada y es el Gran Pentagrama. La asignación de colores, entonces, debería hacer la representación del pentagrama más comprensible, y no a la inversa. Entonces, nosotros necesitamos primeramente trabajar en el desarrollo del foco de atención de la vista con la ayuda de solamente dos colores.
Hablando visualmente, todas las notas están separadas por un simple rasgo: están o en las líneas del pentagrama o entre ellas. La habilidad para diferenciar rápidamente las notas por este rasgo debe ser desarrollada al inicio. Los músicos que son capaces de leer partituras al vuelo, primero toman nota de esta cualidad. Por ejemplo, al ver cinco notas entre las líneas en sucesión, uno no piensa ni siquiera en nombrarlas todas – en cambio, la mano automáticamente salta una tecla entre cada nota que toca. Cuando una nota está en una línea y la otra está en un espacio, los dedos automáticamente saltan un número igual de teclas. Si las notas son homogéneas, los dedos saltan un número impar. La representación de intervalos y acordes está integrada en los dedos, al igual que la habilidad para distinguir notas en líneas de las notas en los espacios. Confunde que nadie se moleste en entrenar con esta habilidad a los principiantes.
Leer la partitura no conlleva “desciframiento” de un texto, pero sí una ingestión subconsciente de la total representación textual, realizada en una mirada. Esto es porque mientras la literatura se lee en una línea a la vez, el texto musical está construido en múltiples líneas. Este tipo de “visión” debería ser inculcado desde el principio en la educación del alumno. La “Visión Textual” es el componente principal de lectura. En clases tradicionales, esta habilidad se forma espontáneamente, si es que se forma.
Generalmente, el trabajo de un alumno en una pieza musical nueva, es un triste asunto. El alumno se “sienta” asiduamente en cada acorde, trabajosamente descifra cada nota y después busca su correspondiente tecla en el instrumento. Esto mata la esencia misma de leer música. Al igual que libros normales, las canciones en partituras deben leerse en un tempo decente, o si no, es imposible entender acerca de lo que se está leyendo.
El problema de leer música puede ser fácilmente resuelto y todavía me sorprende que nadie más haya pensado en una solución. Todo lo que se necesita son dos colores, y los ojos recibirán un magnifico apoyo. La percepción de los colores es una habilidad válidamente dominada (con la rara excepción de los daltónicos), y los colores contrastantes dirigen la atención específicamente a la diferencia gráfica entre notas.
Imaginen que las líneas del pentagrama son sólidas y los intervalos entre ellas son ‘aire’. Yo coloreo las notas sobre las líneas en rojo y las llamo ‘niñas’ por sus “faldas”. Las notas entre las líneas han sido coloreadas en azul y son llamadas ‘niños’. Hasta los niños de dos años entienden que hay dos géneros; para ellos, la separación de las notas en niños y niñas les parece natural. Rápidamente captan esta asociación e inmediatamente responden a ella. Desde los primeros pasos, el principiante recibe una importante directriz: el objetivo de distinguir notas por su posición en el gran pentagrama. Después, esta habilidad le ayudará a aprender los intervalos y acordes.
Para desarrollar el centro de atención visual en notación musical se pueden usar tarjetas especiales que entrenen en una cuenta rápida de los pasos saltados entre notas separadas. Este tipo de entrenamiento es fundamental para leer con rapidez, pero para comprender completamente esto, el profesor debería entender cómo la vista de un alumno aún no preparado, percibe las líneas del pentagrama.