4.¿Es realmente Necesario Financiamiento Adiciona
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Cada día se abren nuevos estudios y organizaciones de música. En los artículos que se publican dentro de cualquier comunidad pedagógica relacionada, encuentras primero y ante todo muchas palabras acerca de la importancia de la educación musical y la preservación de la música como un arte pero la mayoría de las personas en nuestro mundo continúa siendo iletrado musicalmente. No pueden tocar ni un solo instrumento, leer notación musical, cantar leyendo las notas o escribir música sobre papel.
En la actualidad no es difícil enseñar literatura musical en escuelas públicas. Sería simplemente necesario introducir métodos más efectivos de enseñanza en la práctica escolar. Sin embargo, las escuelas tienen otra visión; se piensa que para salvar la música, se deben de vender más libros e instrumentos, ofrecer más clases, sin mencionar que los padres deben estar convencidos, al igual que el personal administrativo y los sectores de gobierno, que la educación musical es importante. Y ante la pregunta de por qué la música que necesita ser salvada no educa realmente, bueno eso es considerado un ofensivo e indecente tópico.
Cientos de miles de educadores están atrapados en una tormenta de actividad: gastan millones de horas con alumnos, se reúnen en convenciones, envían folletos multicolores exponiendo la positiva influencia de la música en el cerebro, publican hojas de música y libros, y organizan protestas en defensa de la educación musical. ¡Esto ha pasado por casi un siglo! Pareciera que estos esfuerzos se han unido para poner a la educación musical en el foco de atención. Sin embargo la situación continúa siendo la misma: todavía tenemos una sociedad musicalmente iletrada.
Nuestros niños están creciendo sin música viva. Los padres no pueden tocar ni una canción de cuna, los instructores en las guarderías no pueden tocar ni la más simple de las rondas infantiles y los adolescentes no pueden escribir en papel una simple melodía que les venga a la mente. El resultado es una inhabilidad extendida de escuchar formas avanzadas de buena música. Las formas más simples y sin interés de música, dominan la radio, los álbumes con los sellos discográficos de mayor venta y funciones en vivo. Ha sido mucho tiempo el que ha transcurrido sin que nuestra sociedad haya producido nuevos Mozarts y Beethovens y la gente gradualmente ha perdido interés en la música seria.
A esta altura ustedes se preguntarán: ¿Pero es realmente necesario que todas las personas aprendan música al mismo nivel que un alumno en una escuela de música? La respuesta es que no solamente es necesario, sino completamente posible. ¿No encuentran sorprendente que el 99% de los norteamericanos puedan leer y escribir? ¡Les aseguro que el aprendizaje para tocar un instrumento o cantar leyendo una hoja de música puede ser más fácil que aprender a leer!
La cuestión de una educación efectiva es uno de los puntos más dolorosos para los educadores. Si se toca el tema, inmediatamente se habla de subsidios para los programas de música. “Mira”, diría uno, “antes había más dinero y se enseñaba mejor, pero ahora han cortado por completo el subsidio!” En realidad si ese es el caso, ¿por qué cuando nos pagaban mejor, no pasamos la “alfabetización” musical a la siguiente generación? Después de todo, viene de esta generación la política apática del iletrado musical.
Si solamente se tratara de dinero, el éxito del maestro dependería estrictamente de su salario. En la actualidad, depende de los métodos y habilidades del maestro.
Entre nosotros están los “pioneros,” aquellos que quieren ser creativos. Son más productivos que otros, pero siguen ganando el mismo dinero! Por supuesto, el educador debería ser recompensado por un alto rango de éxito. Pero si no hay un método productivo, los resultados se desvanecen en el aire! Los subsidios solamente son un tipo de “fertilizante,” con la intención de incentivar los resultados. No podemos esperar que los retoños broten de la tierra si nunca hemos sembrado semillas.
Pudieran parecer mis ideas una blasfemia, pero nosotros los educadores de la música hemos recibido lo que merecemos. La educación musical continuará creciendo pobremente y marchitándose hasta que aprendamos a enseñar con efectividad a los niños. Existe una ley de justicia en el mercado: la ineficacia del trabajo cuesta lo mismo. Entonces, si la música todavía no ha sido cortada completamente de los programas escolares, podemos agradecer la confianza de la gente en la educación musical.
La Química se basa en la tabla de los elementos, no en la alquimia medieval. Las Matemáticas se basan en las tablas de multiplicación más que en los números romanos. Pero los fundamentos de la educación musical son todavía confusos. Los educadores están aún discutiendo cómo es mejor nombrar las notas: Solfeo Do, Re, Mi, o con el Sistema Alfabético: C,D,E. Todavía no se decide qué es exactamente la música. ¿Es un lenguaje o una forma de arte? Y qué es lo que constituye una educación musical: ¿conferencias sobre música o hacer música? Arriba de todo esto, por alguna razón, se ha decidido que la pedagogía ha sido desarrollada por completo desde hace mucho, y lo único que les queda a los maestros es tomar el mejor curso de enseñanza y seguirlo al pie de la letra fácilmente y sin pensar.
He llegado a la conclusión y lo puedo afirmar con autoridad, que nuestro sistema de educación musical está al mismo nivel que la alfabetización en la edad media, cuando solamente un selecto grupo sabía leer y escribir. Para probar mi punto de vista, a continuación incluyo una cita del libro: Educación en Holanda: Historia y Contemporaneidad, original del conocido historiador Nan Dodde:
“En los albores de la educación en las escuelas parroquiales para niños y niñas de la edad de 7 a 10 años, el aprendizaje se basaba completamente en memorización. Los libros eran extremadamente caros y leer sólo era accesible para unos cuantos. La mayoría de los alumnos no podían leer después de tres años de educación. Leer… se enseñaba letra por letra, palabra por palara. Los maestros presentaban tarjetas con letras, sílabas y palabras… Los alumnos mentalmente conectaban los sonidos y las letras y los decían en voz alta.
… La regla de la educación medieval era primero memorizar textos y después entenderlos. Esto no solamente afectó leer por palabras y la lectura elemental, sino también la lectura avanzada. La evidencia de la habilidad para leer fue expresada en los trabajos de lectura de los autores clásicos como Cicerón. Fragmentos de trabajos de estos autores se supone que eran aprendidos de memoria. La memoria de un alumno era su biblioteca personal.”
Varios siglos han pasado. La civilización ha cambiado mucho. Todos, sin considerar si son talentosos, estudian los fundamentos de Matemáticas y Química. Pero las bases de la música todavía no son accesibles más que para unos cuantos. No conozco ningún curso contemporáneo que sea capaz de enseñar literatura musical a nadie. Nuestra sociedad no puede ni siquiera imaginar cómo podría ser de otro modo. Solamente se puede perder lo que se tuvo. Mientras que una persona no ha sido educada musicalmente, nunca escuchará la alarma acerca de la “alfabetización” musical, los educadores musicales continuarán siendo despedidos de las escuelas.
En la actualidad no es difícil enseñar literatura musical en escuelas públicas. Sería simplemente necesario introducir métodos más efectivos de enseñanza en la práctica escolar. Sin embargo, las escuelas tienen otra visión; se piensa que para salvar la música, se deben de vender más libros e instrumentos, ofrecer más clases, sin mencionar que los padres deben estar convencidos, al igual que el personal administrativo y los sectores de gobierno, que la educación musical es importante. Y ante la pregunta de por qué la música que necesita ser salvada no educa realmente, bueno eso es considerado un ofensivo e indecente tópico.
Cientos de miles de educadores están atrapados en una tormenta de actividad: gastan millones de horas con alumnos, se reúnen en convenciones, envían folletos multicolores exponiendo la positiva influencia de la música en el cerebro, publican hojas de música y libros, y organizan protestas en defensa de la educación musical. ¡Esto ha pasado por casi un siglo! Pareciera que estos esfuerzos se han unido para poner a la educación musical en el foco de atención. Sin embargo la situación continúa siendo la misma: todavía tenemos una sociedad musicalmente iletrada.
Nuestros niños están creciendo sin música viva. Los padres no pueden tocar ni una canción de cuna, los instructores en las guarderías no pueden tocar ni la más simple de las rondas infantiles y los adolescentes no pueden escribir en papel una simple melodía que les venga a la mente. El resultado es una inhabilidad extendida de escuchar formas avanzadas de buena música. Las formas más simples y sin interés de música, dominan la radio, los álbumes con los sellos discográficos de mayor venta y funciones en vivo. Ha sido mucho tiempo el que ha transcurrido sin que nuestra sociedad haya producido nuevos Mozarts y Beethovens y la gente gradualmente ha perdido interés en la música seria.
A esta altura ustedes se preguntarán: ¿Pero es realmente necesario que todas las personas aprendan música al mismo nivel que un alumno en una escuela de música? La respuesta es que no solamente es necesario, sino completamente posible. ¿No encuentran sorprendente que el 99% de los norteamericanos puedan leer y escribir? ¡Les aseguro que el aprendizaje para tocar un instrumento o cantar leyendo una hoja de música puede ser más fácil que aprender a leer!
La cuestión de una educación efectiva es uno de los puntos más dolorosos para los educadores. Si se toca el tema, inmediatamente se habla de subsidios para los programas de música. “Mira”, diría uno, “antes había más dinero y se enseñaba mejor, pero ahora han cortado por completo el subsidio!” En realidad si ese es el caso, ¿por qué cuando nos pagaban mejor, no pasamos la “alfabetización” musical a la siguiente generación? Después de todo, viene de esta generación la política apática del iletrado musical.
Si solamente se tratara de dinero, el éxito del maestro dependería estrictamente de su salario. En la actualidad, depende de los métodos y habilidades del maestro.
Entre nosotros están los “pioneros,” aquellos que quieren ser creativos. Son más productivos que otros, pero siguen ganando el mismo dinero! Por supuesto, el educador debería ser recompensado por un alto rango de éxito. Pero si no hay un método productivo, los resultados se desvanecen en el aire! Los subsidios solamente son un tipo de “fertilizante,” con la intención de incentivar los resultados. No podemos esperar que los retoños broten de la tierra si nunca hemos sembrado semillas.
Pudieran parecer mis ideas una blasfemia, pero nosotros los educadores de la música hemos recibido lo que merecemos. La educación musical continuará creciendo pobremente y marchitándose hasta que aprendamos a enseñar con efectividad a los niños. Existe una ley de justicia en el mercado: la ineficacia del trabajo cuesta lo mismo. Entonces, si la música todavía no ha sido cortada completamente de los programas escolares, podemos agradecer la confianza de la gente en la educación musical.
La Química se basa en la tabla de los elementos, no en la alquimia medieval. Las Matemáticas se basan en las tablas de multiplicación más que en los números romanos. Pero los fundamentos de la educación musical son todavía confusos. Los educadores están aún discutiendo cómo es mejor nombrar las notas: Solfeo Do, Re, Mi, o con el Sistema Alfabético: C,D,E. Todavía no se decide qué es exactamente la música. ¿Es un lenguaje o una forma de arte? Y qué es lo que constituye una educación musical: ¿conferencias sobre música o hacer música? Arriba de todo esto, por alguna razón, se ha decidido que la pedagogía ha sido desarrollada por completo desde hace mucho, y lo único que les queda a los maestros es tomar el mejor curso de enseñanza y seguirlo al pie de la letra fácilmente y sin pensar.
He llegado a la conclusión y lo puedo afirmar con autoridad, que nuestro sistema de educación musical está al mismo nivel que la alfabetización en la edad media, cuando solamente un selecto grupo sabía leer y escribir. Para probar mi punto de vista, a continuación incluyo una cita del libro: Educación en Holanda: Historia y Contemporaneidad, original del conocido historiador Nan Dodde:
“En los albores de la educación en las escuelas parroquiales para niños y niñas de la edad de 7 a 10 años, el aprendizaje se basaba completamente en memorización. Los libros eran extremadamente caros y leer sólo era accesible para unos cuantos. La mayoría de los alumnos no podían leer después de tres años de educación. Leer… se enseñaba letra por letra, palabra por palara. Los maestros presentaban tarjetas con letras, sílabas y palabras… Los alumnos mentalmente conectaban los sonidos y las letras y los decían en voz alta.
… La regla de la educación medieval era primero memorizar textos y después entenderlos. Esto no solamente afectó leer por palabras y la lectura elemental, sino también la lectura avanzada. La evidencia de la habilidad para leer fue expresada en los trabajos de lectura de los autores clásicos como Cicerón. Fragmentos de trabajos de estos autores se supone que eran aprendidos de memoria. La memoria de un alumno era su biblioteca personal.”
Varios siglos han pasado. La civilización ha cambiado mucho. Todos, sin considerar si son talentosos, estudian los fundamentos de Matemáticas y Química. Pero las bases de la música todavía no son accesibles más que para unos cuantos. No conozco ningún curso contemporáneo que sea capaz de enseñar literatura musical a nadie. Nuestra sociedad no puede ni siquiera imaginar cómo podría ser de otro modo. Solamente se puede perder lo que se tuvo. Mientras que una persona no ha sido educada musicalmente, nunca escuchará la alarma acerca de la “alfabetización” musical, los educadores musicales continuarán siendo despedidos de las escuelas.