47.Los Primeros Pasos de “Caminar” en el Piano
Tocar el piano conlleva el trabajo de todos los dedos en una serie de secuencias. La percepción y la conciencia deben tener completo control sobre todo lo que se necesita para que los músculos toquen.
Para lograr esto, primero debemos ejercitar los músculos. Dado que el ejercicio es simple y de fácil memorización, no distrae de las metas principales; es pues el modo más efectivo para enseñar a las manos y dedos a trabajar.
La frase clave para un pianista que comienza es “caminar sobre las teclas.” Cuando Colocamos nuestros dedos en las teclas por primera vez, volvemos a ser niños; damos nuestros primeros pasos. La diferencia es que esta vez, ¡tenemos un mínimo de cinco piernas en lugar de dos!
Solamente hay una manera de aprender a caminar, y es – ¡caminando! A este respecto los ejercicios y canciones son recorridos obligatorios. Una exploración activa del teclado logra un puntaje de objetivos prácticos:
1. Desarrollo de coordinación entre los dedos y las teclas.
2. Entrenamiento de la percepción para fijar esta coordinación y las teclas al mismo tiempo.
3. Permitir a la visión de familiarizarse con el espacio del teclado. Después de varios viajes hacia delante y hacia atrás, ya no parece intimidante y misterioso.
4. Ayudar a memorizar lentamente el orden de las teclas; cómo las teclas negras se agrupan en dos y tres, y cómo las teclas blancas se organizan en octavos.
5. Ayudar a aplicar el alfabeto musical a las teclas.
La efectividad de los ejercicios se duplica si se usan etiquetas (es como usar un mapa de camino con los nombres de las teclas), y si cada vez que se toca una tecla se emite su sonido en solfeo.
Muchos argumentan que los ejercicios son muy tediosos y mecánicos. Otra vez, este es el punto de vista de músicos más maduros. Pero para comenzar, esto es al revés. La labor del ejercicio es predictibilidad y repetición, lo cual es un gran punto de partida para la nueva habilidad de “caminar.”
Para lograr esto, primero debemos ejercitar los músculos. Dado que el ejercicio es simple y de fácil memorización, no distrae de las metas principales; es pues el modo más efectivo para enseñar a las manos y dedos a trabajar.
La frase clave para un pianista que comienza es “caminar sobre las teclas.” Cuando Colocamos nuestros dedos en las teclas por primera vez, volvemos a ser niños; damos nuestros primeros pasos. La diferencia es que esta vez, ¡tenemos un mínimo de cinco piernas en lugar de dos!
Solamente hay una manera de aprender a caminar, y es – ¡caminando! A este respecto los ejercicios y canciones son recorridos obligatorios. Una exploración activa del teclado logra un puntaje de objetivos prácticos:
1. Desarrollo de coordinación entre los dedos y las teclas.
2. Entrenamiento de la percepción para fijar esta coordinación y las teclas al mismo tiempo.
3. Permitir a la visión de familiarizarse con el espacio del teclado. Después de varios viajes hacia delante y hacia atrás, ya no parece intimidante y misterioso.
4. Ayudar a memorizar lentamente el orden de las teclas; cómo las teclas negras se agrupan en dos y tres, y cómo las teclas blancas se organizan en octavos.
5. Ayudar a aplicar el alfabeto musical a las teclas.
La efectividad de los ejercicios se duplica si se usan etiquetas (es como usar un mapa de camino con los nombres de las teclas), y si cada vez que se toca una tecla se emite su sonido en solfeo.
Muchos argumentan que los ejercicios son muy tediosos y mecánicos. Otra vez, este es el punto de vista de músicos más maduros. Pero para comenzar, esto es al revés. La labor del ejercicio es predictibilidad y repetición, lo cual es un gran punto de partida para la nueva habilidad de “caminar.”