78. Conclusión
Cada vez que veo a un niño pequeño acercarse con sus manos extendidas a un instrumento me lleno de ansiedad. ¿Qué sucederá con él después? ¿Aprenderá a hacer música o continuará golpeando las teclas con sus puños?
Los niños quieren ejecutar y entender música no menos de querer hablar. Si no les permitimos dominar esta habilidad, nosotros los padres, los dejamos fuera de un mundo entero. Y cuando ellos ven músicos tocando, sienten como si algo les faltara, como si algo les hubiera sido arrebatado. Cuando descubrí que la pedagogía musical podía ser fácilmente mejorada, me dirigí primero y sobre todo hacia los educadores. Pero ellos no quisieron escucharme. Muchos de ellos todavía me cierran la puerta en la cara. Y todavía esto provoca dolor e indignación. Cada profesor es como su propio universo. Él representa su propio método, él es su propio agente de relaciones públicas entre su trabajo y el público en general. Por supuesto que cada uno pone todo su esfuerzo en su trabajo. Pero no es el esfuerzo el que cuenta – es el resultado. Y si el lenguaje musical está obviamente perdiendo su posición de prioridad, entonces los profesores están trabajando para nada. Esto significa que ser diligente no ayuda. Existe sólo una opción: reexaminar el método. Pero esto está lejos de lo que cualquiera pudiera pensar racionalmente. Muchas veces he tratado de contactar con aquellos que tienen puestos claves en educación musical y con lo que me he topado es con la negación para hacer las cosas mejor. ¿Por qué será que las organizaciones que proclaman la importancia de salvar la música, no tienen interés en ver lo que es importante?: los problemas metodológicos de la educación. Fue para mí muy difícil aprender esto. Resulta que hablamos de diferentes tipos de música. Una vez me reuní con el presidente de una organización musical altamente respetada e intenté abrir sus ojos ante la situación real. Moviendo sus manos en el aire me dijo: “¡Olvídelo! ¡Usted no puede seguir propagando esto a su alrededor! ¡Ya están reduciendo el presupuesto más y más! ¡Si usted continua gritando nuestros defectos, ellos se aseguraran de suprimirnos completamente!” Entonces entendí que él estaba hablando de un tipo completamente diferente de música. Pero no se puede comprar tiempo. Si recibimos dinero por trabajo que no da fruto, deberíamos esperar eventualmente ser despedidos. Para ser siempre necesarios, necesitamos pensar en nuestra efectividad. Solamente ganaremos un lugar adecuado en la sociedad cuando podamos obtener una nueva generación de políticos alfabetizados musicalmente, ejecutivos y presidentes, que no sólo cortarán el presupuesto, sino que asistirán el desarrollo de la música. Mientras tanto, los educadores continúan creando una crisis global en el arte de la música. Año con año, siglo tras siglo, bajo nuestra guía, genios musicales han sido asfixiados. Ejecutantes brillantes, compositores y oyentes se están convirtiendo en empleados, trabajadores y técnicos de mantenimiento. El “árbol” de la educación musical está casi desprovisto de raíces, y se ha vuelto un lastimoso brote que pronto se secará. Yo realmente quiero impedir que esto suceda. Quiero que la Sonata del Claro de Luna se escuche continuamente en el espacio, para que siga viva, en lugar de estar protegida como un ‘artefacto’ del pasado. Quiero que nuevos compositores aparezcan y escriban nuevas obras maestras y produzcan nuevos géneros. Quiero que la música popular sea tan rica e interesante como la música clásica de los años de la edad de plata. Quiero que personas en diferentes países se sientan atemporales solamente al sentarse frente a un instrumento. El planeta mejorará. ¡Ya lo verán! |
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