ANALFABETISMO MUSICAL: ¿causa de una crisis cultural?
Asi se expresa Hellene Hiner en su libro:
"Todos podemos ser músicos: Defensa de la música, los problemas con las clases de música actualmente y como pueden solucionarse"
Creemos importante resaltar la filosofía que impulsó a esta investigadora a crear y proponer su método como una solución efectiva contra el analfabetismo musical. Recomendamos su lectura.
La historia de la escritura actual de la música se remonta a la Edad Media y es un proceso dificultoso, guiado por conceptos teológicos según la visión que la Iglesia tenia acerca de la combinación de sonidos "naturales" (en el sentido de que son de "la Naturaleza") y, por consiguiente, eran obra de Dios creador y nunca se les debería alterar. En aquel entorno nacieron las siete notas y así quedaron fijas hasta hoy, sin previsión alguna de lo que vendría, es decir, el uso común de las "alteraciones" inadmisibles para el músico medieval. La consecuencia de todo el proceso que duro más de mil años se cristalizo en un sistema de escritura de gran complejidad que suele ser el mayor de todos los escollos para quienes comienzan a estudiar música - especialmente los niños. Si todavía le añadimos la teoría propiamente dicha de la música - que contiene innumerables elementos derivados del propio sistema de escritura – la complejidad puede atemorizar a cualquiera.
Esta es una de las razones de tanto analfabetismo musical. Pero hay otras. La más importante quizá sea la reticencia de la mayoría de los profesores de música a revisar sus propios sistemas pedagógicos que no han variado significativamente en los últimos trescientos años. Como bien lo hace ver la autora, hay bastante desconocimiento acerca de cómo funciona el cerebro en el acto de aprender y esta falta de conocimiento ha llevado no pocas veces a serios errores pedagógicos, incluso cuando se hacen nuevas propuestas para la iniciación musical a partir de la infancia.
Por ejemplo, batir palmas rítmicamente, golpear un tambor o caminar al paso de diferentes ritmos no ayudaría para desarrollar el sentido del ritmo en los niños preparándoles para estudiar un instrumento en el futuro. ¿Por qué? Porque el cerebro aprende a coordinar movimientos corporales sin relación alguna con los movimientos que más tarde harán falta (seguir en la misma línea – don’t break the line): para tocar un instrumento. También hay propuestas que sugieren que el mejor método de iniciación musical es comenzar por la improvisación - casi siempre usando algunos instrumentos de percusión formando así pequeñas orquestas (ruidosas, por cierto) - con la esperanza de que esto sea el punto de partida para enseñar después a leer y escribir música. Pero los hechos señalan que se fracasa a largo plazo en la gran mayoría de los casos, porque se aprende algo que en este caso es mucho más sutil, es decir, se aprende que al fin de cuentas se puede hacer música a gusto sin necesidad de saberla leer ni escribir. No nos lamentemos, entonces, si después vemos supuestos "genios" adultos que sin saber leer una sola nota enfervorizan a un público ignorante que también es musicalmente iletrado.
Para que nada de esto sea mal entendido, pongamos algo importante en el lugar que corresponde. No estamos hablando de grandes talentos innatos, sino de la posibilidad de que la gente común pueda entender la música a través de la escritura y comunicarse a través de ella, en forma similar a como se hace con el lenguaje hablado. Suponer que esto carece de importancia, porque se trata de un arte y "el arte es el arte y exige talento", y otras frases hechas por el estilo, equivale a suponer - y predicar - que tampoco serviría para nada alfabetizar a los niños para el lenguaje hablado, porque no todos pueden llegar a ser poetas o novelistas geniales.
La convicción de que la música es solo para los talentosos únicamente con los elegidos se puede trabajar, se ha convertido en la segunda naturaleza para los educadores musicales.”
El choque que se produce al plantear un concepto avanzado de la pedagogía que apunte hacia una alfabetización musical en masa, en forma igual a la alfabetización del lenguaje hablado, es un choque que viene no tan solo de las dificultades de aprender a leer en el pentagrama, sino también del uso persistente de métodos de enseñanza en donde falta profundizar mucho en los mecanismos psicológicos del aprendizaje, en las funciones neuronales y en cómo se desenvuelven las habilidades motrices y auditivas relacionadas con la música. Sin embargo, pensemos un momento en las dificultades gramaticales y ortográficas de cualquier idioma; estas pueden ser todavía peores, pero ¿no es cierto que a nadie se le ocurriría decir que por eso no vale la pena aprender a leer y escribir las palabras?
En retroceso
"La mayoría iletrada musicalmente solamente puede escuchar primitivas melodías, canciones simples y obsesivamente repetitivas."
Por más objeciones que se le puedan hacer a la escritura en el pentagrama, fue un salto cualitativo para la cultura. No tan solo para la cultura musical en sí, sino también para la cultura general de la humanidad. Sin notación musical, la inspiración de Mozart o de Beethoven o Bach no se habría podido desarrollar en plenitud y, mucho menos, ser transmitida a otras generaciones de músicos y de oyentes hasta el día de hoy. Fácilmente se entiende la importancia que tuvo la invención de la escritura musical.
Y bien, hoy cualquier persona alfabetizada puede leer a Cervantes o a Shakespeare, pero muy pocos pueden leer una Sonata de Chopin o un Preludio de Bach. ¿Para que querrían hacer eso? - preguntarían muchos. Es ahí, justamente ahí, en donde comienza el choque entre los(seguir en la misma línea – don’t break the line): educadores. Y también entre los educadores y los gestores culturales, lo que es más importante todavía, porque afecta las políticas educativas incluso de los Gobiernos.
La autora del libro hace notar algo muy interesante a este respecto. Una persona analfabeta no solo no tiene casi oportunidades de acceder a la cultura, sino que - además - se suele expresar hablando con un vocabulario sumamente reducido y una sintaxis muy elemental. De manera semejante, una persona musicalmente iletrada es incapaz de entender, y menos aún de componer música, excepto que esta sea muy elemental con melodías repetitivas de pocas notas, sin ritmos diferenciados y con ausencia de puntuación (pausas, silencios, etc.). La autora hace notar que estas características son asimilables, por igual, a las músicas de los pueblos primitivos y de mucha de la música pop actual. Y esto sería un síntoma grave de retroceso hacia las etapas previas a la invención de la escritura musical.
"Después de la Segunda Guerra Mundial, la popularidad de los géneros musicales serios fue descendiendo. La música clásica rápidamente fue sustituida por operetas, comedias musicales y música de baile. En la actualidad, ha perdido su popularidad original. (...) En nuestros días, la música pop y el rock están en la mente de la mayoría. La música sinfónica al igual que la Opera es para una reducida elite, cuyos círculos continúan reduciéndose. La música de las masas nos ha devuelto otra vez a la era pre-alfabetizada. La mayoría iletrada musicalmente solamente puede escuchar primitivas melodías, canciones simples y obsesivamente repetitivas" - dice Hellene Hiner. Y añade todavía que: "El pensamiento musical avanzado no tiene nada que ver con las simples y repetitivas melodías y es extraordinariamente dinámico en su propio desarrollo e imaginación. Trabajar con un lenguaje musical avanzado demanda un alto grado de intelecto. Uno necesita desarrollar memoria, mente creativa, concentración, habilidad de concentración en la propia atención, un equilibrio de las percepciones emocionales y abstractas, logica desarrollada y un sentido de equilibrio entre los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo".
En otras palabras, cuando aún no se sabía escribir ni leer música, esta debía ser necesariamente simple y rudimentaria para que, de oído, otras personas pudiesen aprenderla. Según parece, la música estaría retrocediendo hoy hacia aquellos estadios primitivos y, en realidad, cualquiera de nosotros podemos comprobarlo en el día a día con solo sintonizar al azar una emisora de radio o ver los "top ranking" más populares.
A estas reflexiones podríamos agregar todavía algo más, y muy ilustrativo, que se puede observar en las personas iletradas. Si se les habla usando un vocabulario rico y con una sintaxis de cierta complejidad, no entienden que es lo que se les está diciendo. Es posible que con mucho esfuerzo, y paciencia, se consiga enriquecerles la comprensión, eso es cierto, y hasta se puede conseguir que disfruten de una obra de arte literario si la leemos de un libro en voz alta para que nos escuchen.
De manera prácticamente igual, la mayoría de las personas musicalmente iletradas no entienden la música compleja. Tienen gran dificultad en comprender la música que tenga riqueza melódica, armónica y rítmica, aunque sea cierto que con mucho esfuerzo, y paciencia, se consiga que alcancen a disfrutar obras maestras que quienes saben leer partituras pueden hacerles escuchar.
Las comparaciones siempre son odiosas, pero la distancia entre un funk o un rap y una Sonata para piano de Beethoven es abismal. Y, una vez más, para poner cada cosa en su lugar,(seguir en la misma línea –don’t break the line): dejemos ya de decir que solamente se trata de expresiones artísticas "diferentes" (ni mejores ni peores) y veamos que la "diferencia" es nada más y nada menos que una cuestión de riqueza o pobreza del lenguaje musical, comparativamente. Y ésta es justamente la cuestión que se debe atender. Quienes están incapacitados para leer música, jamás podrán acceder a una partitura de música clásica y otra de rap, por ejemplo (si es que esta última existe), y comparar. Esto no sucede con la literatura del lenguaje hablado. Por lo tanto, se trata de diferencias en la cultura y las formas de expresión escrita del espíritu humano.
¿Dónde está la elite?
Se ha puesto de moda clasificar al público. En la clasificación, a quienes les gusta la música clásica - los que aprenden a leerla y tocan un instrumento, además de asistir a conciertos - pertenecen a una "elite". Casi se diría que es gente vanidosa y pedante. Reaccionarios que se niegan a entender que los tiempos cambian y la música también. Pensemos un momento. La musicología demuestra que la raíz de la música clásica siempre fue un desarrollo inspirado en la música popular. Incluso en músicas populares muy antiguas. En este sentido, tanto los maestros como los críticos tienen la palabra. La tienen, porque ninguna manifestación de la cultura puede desarrollarse a partir de la ignorancia y el analfabetismo. Si en este contexto alguien quiere clasificar una elite, pues que lo haga, pero al menos a sabiendas de que es lo que se está clasificando.
El aspecto tecnológico involucrado.
La era tecnológica pone a disposición de los educadores una riqueza de herramientas que hasta no hace más de veinte años eran inimaginables. Para tener una idea de cómo esto puede influir en la enseñanza de la música, hoy se puede disponer hasta de orquestas sinfónicas virtuales con una calidad de sonido que supera definitivamente la de los antiguos MIDI ya bastante en desuso. La moderna tecnología equivale, nada menos, a tener una orquesta disponible para el compositor en cualquier momento que la necesite, teniendo solamente una computadora. Esto es la Producción de Música Digital, que usa sonidos originados en instrumentos acústicos reales. Se puede escuchar un ejemplo aquf: https://soundcloud.com/user-201400147/wwc-1-kyle/s-RNzFG
Pero, aunque el software le da al compositor posibilidades casi interminables, sea que quiera componer para orquestas sinfónicas o de cámara o para un solista, la herramienta se aplica muy poco en la composición de música clásica. La mayoría de los profesores prefieren seguir con los sistemas tradicionales. Se ha dicho, sin embargo - y creemos que no falta razón -, que jamas sabremos cuantos talentos, o quizá genios en potencia, se van quedando por el camino desanimados por culpa de las dificultades de aprender música por los métodos tradicionales. Entonces se opta en mayoría por hacer solo música pop desperdiciando todo el poder de la herramienta para componer en el género clásico. El mercado manda, según se dice, y se elige lo que es más fácil.
Y caemos de cabeza otra vez en el problema de la alfabetización musical y sus repercusiones en la cultura. Hellene Hiner también ha creado a su vez un software (Music Vision International, MVI) para aplicar su propio método y dice que"La computadora es capaz de hacer algo que el profesor no puede: sin cansarse y de forma inmediata y eficaz, reacciona a las actividades del alumno. A este respecto la computadora es un medio de educación ideal. Un buen programa 'excava' profundamente en el proceso de entrenamiento porque es capaz de llevar inmediatamente las cuentas de las acciones y proporcionar retroalimentación y puede hacer esto superando al mejor instructor."
El software trabaja de manera interactiva corrigiendo errores del momento como si el maestro estuviera presente durante todas las horas de prácticas en casa. No sustituye al maestro, pues este reserva el tiempo de clase para enseñar los elementos fundamentales de la técnica, cuando hacen falta, y a avanzar en la comprensión de la música. El resultado es que tanto nihos como adultos alcanzan finalmente un grado de habilidad avanzada en un tiempo que no se podria conseguir de cualquier otra manera.
No obstante, el obstáculo sigue siendo - como ella misma lo dice -: "La convicción de que la música es solo para los talentosos y que únicamente con los elegidos se puede trabajar se ha convertido en la segunda naturaleza para los educadores musicales. Para ellos, la idea de la alfabetización musical universal no es más que un bello sueño".
¿Lo será? Alumnos de muy corta edad consiguen tocar piezas musicales de cierto grado de dificultad leyendo partituras y tocando con ambas manos. Sin embargo, la autora dice haber recibido duras críticas de sus colegas, a saber: los niños no colocan correctamente las manos, tienen inconsistencias de ritmo y tiempo, no articulan el fraseo artísticamente y no siguen la dinámica. ¿Son relevantes estas consideraciones para niños tan pequeños que todavía no saben ni hablar con claridad, pero pueden leer una partitura y tocarla al piano usando los diez dedos? La respuesta que ella da a esta clase de objeciones es muy contundente: "Para aprender a caminar y a correr, primero el niño gatea, luego intenta pararse y cae y a nadie se le ocurre criticarlo por esto. ¿De dónde sacan los maestros la idea de que en los primeros pasos, el alumno debe moverse con la gracia de una bailarina de ballet? ¿De donde viene esa noción completamente antinatural acerca del desarrollo de habilidades? En su opinión, los niños no tienen el derecho de desarrollar una habilidad gradualmente, y debieron nacer con un entendimiento completo de la partitura y la posición cóncava de las manos. Y si el niño de tres años no puede llevar el ritmo y el fraseo, piensan que se le está enseñando incorrectamente".
Es que el problema alrededor de una discusión tan violenta está en el desconocimiento de factores científicos referidos al cerebro y el desarrollo de habilidades. Y hay que reconocer que la gran mayoría de los profesores de música están muy poco interesados en la ciencia. Quizá, por eso mismo, tampoco creen relevante ni posible plantearse como objetivo una alfabetización musical a nivel de masas.
¿Qué nos dice la ciencia al respecto?
En una publicación aparecida el 23 de abril de 1998 en el Journal Nature se habla acerca de investigadores en la Universidad de Münster, en Alemania, que descubrieron que el cerebro se agranda si en la niñez se reciben lecciones de música. Según los investigadores se halló que hay áreas del cerebro que responden al análisis de las notas musicales y que son hasta un 25% mayores en los músicos en comparación con quienes no lo son. Los músicos, de acuerdo a estos hallazgos, crean conexiones neuronales mediante el entrenamiento para procesar
sonidos, pues es necesario sincronizarlos para poder tocar un instrumento, y ello hace que la práctica y la experiencia también estén ligadas al desarrollo de las áreas motoras, además de la auditiva y las zonas donde se procesan informaciones de alto contenido emocional e intelectual, incluyendo la memoria. O sea, prácticamente todo el cerebro trabaja.
Siendo así, y desde hace años se sabe, es realmente sorprendente que todavía se discuta si es o no importante difundir la alfabetización musical a lo largo y ancho del mundo. El contacto activo con la música desarrolla el cerebro. Incluso el de los niños, por supuesto.
Ahí es donde deja de interesar ser tan cuidadosos con las posiciones de las manos o la articulación artística del fraseo tratándose de niños pequeños, porque lo importante es que mediante la música es como sus cerebros se desarrollan más, también se desarrollan sus habilidades motrices, sus capacidades auditivas y de atención y, poco a poco, también el sentido artístico. Y muy posiblemente aumentará la inteligencia con un cerebro mejor desarrollado. La alfabetización musical va entonces mucho más lejos de lo que comúnmente se cree.
En esta época de descubrimientos científicos avanzados y herramientas tecnológicas, si creemos que alcanzaremos la tan invocada meta de crear nuevos públicos para la música clásica en tanto seguimos creyendo, todavía, que con métodos que año a año ahuyentan a las personas cuando tratan de estudiar música, ahí si nos habremos quedado en el tiempo. Y cuando veamos las noticias que nos informan de cómo los políticos recortan los recursos financieros para la educación musical, porque la creen innecesaria, recordemos que ellos también son analfabetos musicales.
Si la música ha sido algo tan inseparable de la cultura desde las épocas más antiguas, por algo es. Si hoy decimos que la cultura está en crisis, puede ser porque un hilo más que importante de la expresión humana se está debilitando.
- Con motivo de la llegada a Portugal del método Soft Mozart invitamos a ver este video:
- http://conexion-musica.blogspot.com.uy/p/blog-page 67.html
- El resumen del fundamento en la percepción audiovisual se puede consular en español aquí:
http://pianoleamingsoftware.com/pages/63-pasos-visuales-del-gran-pentagrama
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