30.Un Instructor, un Mapa y una Brújula
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La lectura de un texto musical se basa en el conocimiento de la organización de sonidos en un sistema. Conocer este sistema es tan importante en música como el saber las tablas de multiplicar en matemáticas.
La pronunciación es el punto de fuga más natural para el entendimiento del sistema de sonidos musicales.
Dotando a cada sonido con un nombre, dependemos de la pronunciación y articulación para familiarizarnos con las relaciones entre los tonos. Simplemente hablando, al principio debemos memorizar los nombres de los sonidos. Tocándolos y cantándolos en voz alta, adherimos sus nombres a su tono absoluto.
Después de aprender las secuencias de notas hacia un lado y el otro, un paso a la vez, saltando pasos y saltando dos pasos, miramos el Gran Pentagrama con otros ojos. Ya no nos parece salpicado con varias notas en las líneas y espacios. Lo miramos como una estructura del sistema completo, donde cada nota puede ser fácilmente detectada siempre y cuando se conozcan las reglas. Viendo una nota, encontramos su equivalente tonal en una fracción de segundo, sin importar si la melodía se mueve hacia arriba o abajo, si es suave o irregular.
En un pentagrama musical de este tipo, es tan confortable encontrar cosas como lo es en casa, donde el espacio es tan familiar aún en la oscuridad. Una percepción sistemática de las notas es un camino sencillo para leer a primera vista competentemente. Viendo cómo está construido, una persona puede entender fácilmente del mundo de la música. El lenguaje musical se convierte en parte de los pensamientos personales creativos.
El alfabeto musical es especialmente importante para tocar el piano. Las teclas siguen el mismo sistema de música. Fuera del sistema, parecen ser “espacio desconocido,” donde es peligroso estar por ser impredecible. Todavía recuerdo la tensión y el miedo interno – ¿Qué sucedería si tocara la tecla incorrecta? Esto no sólo interfiere con la práctica sino que hace imposible pensar totalmente acerca de la música. No asuman que esto es una exageración; sabemos que el miedo de dar un paso en falso dificulta el movimiento de una persona. Tocar el piano conlleva la coordinación de nuestros diez dedos en un vasto espacio auditivo, separado en delgadas, múltiples piezas. El miedo de caer en el lugar equivocado es la causa principal de tensar las manos. El espacio solamente lo sentiremos propio cuando seamos conscientes de dónde nos encontramos y lo que tenemos a nuestro alrededor.
Los músicos profesionales van trabajando el Alfabeto Musical al practicar con asiduidad estudios y ejercicios, especialmente escalas, aprendiendo armonía y solfeo. Sin embargo, estoy segura que esa misma educación musical debería comenzar precisamente con el alfabeto. Sólo entonces los alumnos entienden cómo está construido el sistema de la música y aprenderán fácilmente su lenguaje.