63.“Pasos” Visuales del Gran Pentagrama
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Lo que he hecho con el Gran Pentagrama es un gran ejemplo del desarrollo gradual en educación.
La primera introducción al pentagrama vertical no deja lugar a dudas en el principiante. En la página de música o en la pantalla de la computadora, él mira exactamente lo que está en las teclas del piano que tiene enfrente: las mismas exactas cinco líneas verdes y cinco líneas cafés, y las mismas notas de colores contrastantes con imágenes. Todo lo que le queda por hacer es revisar las teclas y copiar lo que mira.
Esta es la Primera Presentación Elemental del Gran Pentagrama:
Por supuesto, esto incita la mayoría de reprimendas – los alegatos de actividades de charlatanería son las más leves. El argumento principal de estas acusaciones en nuestra contra es que enseñamos al principiante a “seguir irracionalmente las imágenes.” En la opinión de mis colegas, el alumno se quedará cómodo con cierta habilidad y allí se estacionará sin ningún deseo de ir más allá. Si esta fuera la única representación que se utiliza, sus acusaciones podrían ser justas ¡pero después de esta etapa, faltan otras cinco! El gran pentagrama regresa a su forma normal, absolutamente abstracta, después de un tiempo. Pero la primera introducción debe mostrar al niño de una manera simple y rápida, cómo las notas y las teclas trabajan juntas. El primer reto de aprender piano debería estar resuelto – el de un rápido desarrollo de la coordinación.
Todas las personas que hayan estudiado música saben lo difícil que es despegar los ojos de la hoja de música para llevar la mirada a las teclas. Puede uno caer en el extremo opuesto: olvidarse de las notas y enfocarse exclusivamente en la coordinación tocando por oído. Pero entonces no desarrollamos la habilidad principal de un músico: “visión multiplicativa.” Cuando aprendemos a manejar nadie nos quita ninguno de los espejos. De igual manera por lo que, la mejor y más sencilla solución, es la de aligerar el peso que conlleva leer el texto en la medida de lo posible. Esto es exactamente lo que hace la Primera Presentación del gran pentagrama. En esencia, es una simplificación limitada para leer. No deja nada indeterminado y permite al principiante centrarse en las manos, dedos y teclas.
Naturalmente, conforme se desarrollan las habilidades para tocar, la notación se hace más compleja. Pero sin excepción se hace bajo la regla de 1 a 3 de incremento gradual.
En consecuencia, en la Segunda Presentación del pentagrama musical, quitamos las imágenes de los nombres de las notas.
Ahora el principiante se atiene solamente al color y a su conocimiento del alfabeto musical. Esta presentación centra la atención del alumno en las líneas y espacio entre ellas; ahora ésta es el único punto de referencia para leer las notas. Las marcas con los símbolos de las notas representan justamente un cuarto de la información mostrada. Los otros elementos de soporte – la diferencia de color entre la Clave de Sol y la Clave de Fa, las notas en las líneas y espacios y el movimiento sincronizado de las teclas con las notas – quedan sin cambio.
En la Tercera Presentación, hemos girado el pentagrama musical a su forma horizontal.
Ahora el principiante debe hacer cierto esfuerzo: debe rotar mentalmente la imagen 90 grados. Pero la imagen ya le es familiar y hacer esto no es difícil. Los símbolos de las notas se han vuelto a insertar; de otro modo, el salto habría sido demasiado grande. Tener que buscar las notas además de la rotación del pentagrama sería una carga doble para la concentración del alumno. Es por esto que los símbolos con las imágenes de las notas han regresado a su lugar inicial – para que sean un soporte visual para la rotación del pentagrama musical.
Los símbolos vuelven a desaparecer en la Cuarta Presentación.
Solamente los puntos de referencia iniciales continúan: colores y líneas más anchas. Este es ya casi el pentagrama musical normal. Todo lo que queda es el color: las diferencias entre la Clave de Sol y la Clave de Fa, las notas en las líneas y entre ellas.
La Quinta y Sexta Presentaciones son ya en blanco y negro. La única diferencia entre ellas es la complejidad de la información. Por lo tanto en la Quinta Presentación, las notas son más grandes y los indicadores rítmicos han sido “descargados” con suavidad.
El punto final de la “ascensión” es la representación en la forma tradicional. Cuando el alumno puede leer a primera vista fácilmente de la Sexta Presentación, no tendrá ningún problema con libros de partituras no computarizados.
Al progresar de una presentación a la siguiente, el principiante perfecciona sus habilidades de coordinación sin quiebres o caídas. Y su coordinación lo ayuda a mejorar continuamente la comprensión de lectura del texto musical. Un fortalecimiento simultáneo en las habilidades del alumno es un buen indicador de la efectividad del proceso educativo. Desarrollar coordinación, oído, voz y la lectura al mismo tiempo ayuda rápidamente a que el alumno alcance un alto nivel de competencia.
Si juzgamos este tipo de educación por sus resultados podemos considerarla más humana y productiva que los demás programas existentes en práctica. La cualidad más importante de este proceso es su gradualidad y su aspecto amigable para la percepción. Es muy importante este perfecto equilibro entre el desarrollo de la visión y una coordinación táctica. Todo esto es apoyado por la continua estimulación de la voz, oído y memoria musical.
Los métodos descritos pueden ser aplicados donde sea. Su fórmula gradual evita dificultades o conflictos. Leer notas se vuelve una actividad fascinante aun para niños de tres años de edad. En nuestra sociedad no es difícil encontrar instrumentos de teclas a precios accesibles y no veo ningún problema en que todas las personas, sin tomar en cuenta sus habilidades, aprendan a cantar afinadamente y a leer las notas.
La única barrera universal para que todos seamos letrados musicales, es lo conservador de los métodos y las ambiciones personales de algunos educadores; es muy difícil para ellos dejar a un lado sus ideas, aun si estas ideas representan un aprendizaje doloroso y con resultados mediocres.